viernes, 29 de mayo de 2009

Sentido del Depto de Educación en el museo






EDUCACIÓN EN EL MUSEO: EL PÚBLICO INFANTIL


Si logramos desarrollar estrategias educativas que le permitan a los niños aprender de forma significativa en cualquier espacio que pueda ayudar a potenciar su pensamiento y su aprendizaje colectivo por medio de la socialización y de la interacción con otros, estaremos formando seres más consientes de su entorno, más críticos, reflexivos y con capacidad de reconocer y valorar su patrimonio, por esto es importante tener en cuenta que “los programas educativos diseñados para exposiciones museísticas deben adaptarse, como cualquier programa educativo..., al público al que van dirigidos, por una parte; a la disciplina o disciplinas sobre cuyos contenidos se basa la exposición, por otra… y, por último deben adaptarse a las características del medio o entorno en el que se desarrollará el programa o programas”1 educativos.


El problema es que no todos tienen acceso a esa cultura, como afirma Bourdieu no todos manejan esos códigos especializados y no pueden comprenderlos, en el caso de los niños, podemos decir que una de las dificultades que se presentan es que “las experiencias de los adultos en el museo son cualitativamente diferentes de las de los niños, por eso es difícil para los adultos entender la visita al museo desde la perspectiva del niño”2. Puede que para los niños como dice Aristóteles, el Arte tenga un cierto valor en cuanto constituye una terapia. Después de todo, replica Aristóteles, el arte es útil, en cuanto suscita y purga emociones peligrosas. ¿Qué tipo de sensaciones, sentimientos, pensamientos y aprendizajes se producen en los niños cuando visitan los museos?. Responder estas preguntas demandará acciones educativas, que incidan positivamente en una mayor integración y participación de los niños en el museo.

Pensar en cómo se educan los niños en el museo, nos hace remitirnos a la historia de la forma como se ha venido planteando la educación en la humanidad, partiendo desde los griegos quienes proponían la necesidad de educarse por medio del pensamiento, pasando por el conductismo en el que se concibe la inteligencia y el aprendizaje como estáticos, independientes del aprendiz, hasta los programas actuales sobre el paradigma cognitivo en que se busca potenciar las habilidades de pensamiento, reconociendo que la inteligencia puede aprenderse y crecer. El biólogo suizo Jean Piaget y el ruso Lev Vigotsky son los más relevantes autores del paradigma cognitivo al formular sus teorías sobre el desarrollo del ser humano. Ambos coinciden que el ser humano es un activo constructor de sus conocimientos. Piaget propone que el sujeto construye desde sus propias estructuras y Vigotsky dice que el sujeto lo hace desde la mediación social.


Este tipo de enfoque abarca la tendencia constructivista del aprendizaje mediante el cual el museo se convierte en una realidad subjetiva, no existe fuera de las personas y grupos concretos; en el proceso de aprendizaje las personas construyen su propio conocimiento y mientras aprenden, interactúan con el entorno, crean y revisan sus conocimientos y su habilidad para aprender. Esto nos lleva a seres que han desarrollado un pensamiento critico con capacidad para procesar y reelaborar la información que reciben, reflexivo, y creativo con capacidad de generar ideas nuevas, y metacognitivo, o sea, estar capacitado para reflexionar sobre si mismo, para percibir sus propios procesos de pensamiento. Baron 1985 afirma que el buen pensamiento es poder tomar decisiones conscientes y razonadas, generando alternativas novedosas que permitan lograr el fin que se busca. Reuven Feuerstein4 afirma que “todo ser humano es capaz de orientar y trascender su comportamiento hacia metas inesperadas e impredecibles. El compromiso moral de los educadores es otorgarles los instrumentos para alcanzarlas”.

La ventaja es que ahora somos conscientes que los niños aprenden de todo y en todo momento, que tienen unos aprendizajes previos que son fundamentales para construir nuevos conocimientos, si esto es así, podemos aprovechar el espacio del museo para fortalecer además de la capacidad de observación, comparación, relación, síntesis, interpretación, etc., el desarrollo de la imaginación y el pensamiento, así como fortalecer procesos de inclusión y socialización.

Los museos han sido considerados como “casas de tesoros” y “palacios de descubrimientos”, sin embargo, tales tesoros son fundamentalmente “ideas, “pensamientos”, “teorías”…, y, puesto que los museos contienen el resultado del pensamiento humano en una amplia variedad de campos, deben ser ante todo centros de confrontación del pensamiento, deben incentivar procesos de aprendizaje colectivo a través de estrategias que permitan mejorar la comprensión y el entendimiento de lo que expresan, bien lo decía Hesse “una exacta observación y descripción del objeto debe preceder a toda explicación e interpretación”, así que ¿por qué no utilizar estos espacios para la integración de nuevas comunidades y para el desarrollo de la inteligencia de los niños que menos acceso tienen a espacios culturales en la ciudad?

Aunque se debe hacer la salvedad entre lo que significa el aprendizaje en la escuela y el museo, este proceso de cambio en la percepción educativa, también supuso un cambio en la concepción general del museo. Con los principios de la “escuela nueva”, en la que se hablaba de una educación “centrada en el niño”, los museos pasaron de ir de la simple adquisición de objetos a la utilización de los mismos para el disfrute y formación del público, lo cual significó que los museos pasaran de ser unos depositarios pasivos de objetos a ser entidades activas gestionadas por profesionales que trabajan con el objetivo de interrelacionarlos con el mundo exterior para el beneficio de la comunidad en general.

En este sentido el establecimiento de servicios o departamentos educativos se convierte en una condición indispensable para comenzar la tarea de transformación de la institución museística en un centro vivo, dinámico y plenamente integrado en la sociedad actual, al adquirir el carácter educativo del museo un nuevo significado, el centro de atención ya no era el objeto en sí, su adquisición, conservación, estudio, etc. Sino el público. Lo que lleva a poner una atención preferente al montaje de las exposiciones, haciéndolas más comprensibles y adoptando unos criterios más didácticos y no exclusivamente estéticos para la mejor comprensión e interpretación del público en general, por esto los departamentos de educación se han dedicado a intensificar sus programas en busca del beneficio y acercamiento de nuevos públicos a sus salas, es por esto que el rol del monitor, guía o mediador del museo debe cumplir un perfil determinado, “ a un educador,… se le exigirá, en primer lugar, capacidad para conocer al público y comunicarse con él”7, lo que implica que el educador de museos tenga un conocimiento amplio sobre las practicas y teorías pedagógicas, el desarrollo infantil y el currículum escolar.



JENY MIRELLA CAÑÓN L
Estudiante Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio
Universidad Nacional de Colombia


1 Pastor Homs, Ma Inmaculada. “Pedagogía Museística”. Barcelona, España, editorial Ariel. 2004. 187 p. pág 49.


2 Pastor Homs, María Inmaculada. El museo y la educación en la comunidad”. Perú, ediciones ceac.1992. 116 p.
3 Lowenfeld, Victor y Lambert Brittain, W. “Desarrollo de la capacidad creadora”. Buenos Aires, Argentina, editorial kapelusz. 1980. 380 p. pág 15.

4 Reuven Feuerstein es un Doctor en Psicología Oriundo de Rumania, que termina sus estudios en Ginebra bajo la tutela de Jung y Piaget. A partir de 1945 dirige la agencia estatal Youth Aliyat en Israel para la reinserción de los judíos salidos de los campos de concentración.

5 Hesse, Johannes. Teoría del Conocimiento. Bogotá, ediciones universales. 2006. 157 p.

6 Aquí se podrían nombrar entre otros los aportes de : J.S.Coleman et al. (1961, 1966) en lo referente a los cambios económicos y su influencia en la escuela y P. H. Coombs (1971, 1985) en lo referente a los problemas de la institución escolar.

7 Pastor Homs, Ma Inmaculada. “Pedagogía Museística”. Barcelona, España, editorial Ariel. 2004. 187 p. pág 59.

jueves, 28 de mayo de 2009

Museos de arte

MUSEO DE ARTE MODERNO DE BOGOTA MAMBO
El Museo de Arte Moderno de Bogotà MAMBO fue fundado dos veces por Marta Traba en 1953 y 1957 respectivamente, es una institución uqe ha tenido diferentes sedes. La actual sede funciona en el centro de la ciudad en la calle 24 con cr sexta, se construyo en un terreno que era del Ministerio de Obras públicas en 1974 y fue diseñada por el arquitecto Rogelio Salmona, tiene un àrea de 5000 metros cuadrados de amplitud distribuidos en cuatro pisos. Esta dirigido por Gloria Zea desde 1969.

La colección del Museo de Arte Moderno es una de las más ricas en su género en el país. Incluye obras desde finales del siglo XIX hasta piezas contemporáneas, procedentes no sólo de Colombia, sino de América Latina, Europa y Estados Unidos.

La colección internacional incluye una serigrafía de "Marilyn" por Andy Warhol, además de obras de Picasso, Bacon, Arp, Dalí, Javacheff, Giacometti, Oldenburg, etc. La colección de arte latinoamericano del Museo es especialmente importante con obras de Amelia Peláez, Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Díez, Alejandro Otero, Rogelio Polesello, Roberto Matta, Fernando de Szyszlo y Wifredo Lam, entre otros.

La colección de arte colombiano incluye obras de Andrés de Santa María, Ricardo Acevedo Bernal, Fernando Botero, Alejandro Obregón, Guillermo Wiedemann, Juan Antonio Roda, Feliza Bursztyn, Bernardo Salcedo, beatriz González, Enrique Grau, María Paz Jaramillo, Ana Mercedes Hoyos, Edgar Negret, Nadín Ospina y Eduardo Ramírez Villamizar, entre otros.

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Para aquellos interesados en la formación de educadores de museos como clave para acercar al público a los centros de arte, recomiendo el I Congreso Internacional: Los museos en la educación que se celebro en Madrid en abril de 2008. En el cual profesionales de museos como el Metropolitan Museum de Nueva York, la National Gallery of Art de
Washington o el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, y destacados profesores de distintas
universidades, analizaron las innovaciones metodológicas y las más recientes vías de investigación
en la materia. Se abordaron temas como: ¿Cuál es el papel de los educadores de museos? ¿Cuál es la situación de la
formación de estos profesionales?¿Qué líneas de investigación se están llevando a cabo desde los museos y
desde la universidad y La formación de los educadores.

El congreso abordo la reflexión principal en torno a los estados de la cuestión, métodos y problemáticas vinculadas a la formación del educador.


En este sentido los programas educativos han adquirido una importancia fundamental en la actividad de los museos de arte,
y las demandas de calidad y precisión hacen que sus materiales y propuestas educativas gocen de un grado
muy elevado de elaboración y exigencia, lo que nos obliga a afrotar estrategias nuevas para el acercamiento de diferentes tipos de público al museo.

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El Museo de Arte Moderno de Medellín, se dedica a la investigación, conservación y divulgación en el campo del arte moderno y contemporáneo; yapoya el desarrollo cultural de la ciudad de Medellin y fue fundado en 1978. Recomiendo a los interesados en la práctica educativa y pedagógica en el museo, las experiencias en educación y formación de públicos en diversos ámbitos culturales realizados por este museo.